domingo, 4 de enero de 2009

PICHORRICAS EN PASTRIZ

Ahora va nuestro presidente y dice tan pancho que "si el modelo nuevo mejora la financiación actual no estará en contra". ¡Pues anda! ¡Claro que lo mejorará!
Pero es que ese no es el problema.
De acuerdo que todas las comunidades autónomas tendrán garantizada la financiación de los pilares de la sociedad: educación, sanidad y bienestar social.
Por cierto,... que debería garantizarse también una correcta gestión, porque pudiera darse el caso de que una comunidad autónoma no fuera deficitaria, sino que simplemente sus gestores lo hacían mal.
Pero es que las sociedades actuales requieren de algo más, que indirectamente repercute en el bienestar: empleo, derivado de la inversión privada y pública, y éste atraído por múltiples razones, entre los que cada día es más fundamental la logística y el transporte.
(A este respecto, el otro día un empresario de una multinacional comentaba que sí podían ir a otro país donde los salarios eran más baratos, pero no le garantizaban que las piezas necesarias estuvieran a su hora).
Y todas esas múltiples inversiones y dotaciones presupuestarias no se negocian al hilo de este tema. A todos nos tocará lo mismo, y a todos los corregirán con el factor que quieran oir: A las pobladas por la población, a las dispersas por la dispersión.
¿Por qué vienen las discusiones?
Pues porque Catalunya, Valencia y Andalucía en sus respectivos estatutos pusieron claúsulas que obligaban al estado a los capítulos de inversión, no tan sólo a los corrientes.
Y aquí hicimos un estatutico que se está viendo corto a la primera, pese a que sus principales abanderados, Biel y el Heraldo de Paragón a la cabeza, no paren de echar la culpa a Madrid por no cumplir el estatuto. ¿Dónde están los artículos que "obligan" a esas inversiones?
Así, que al final, entre unas cosas y otras, me remito a la cabecera de esta entrada.

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