La postura del PP sobre la ley de lenguas es más que esperable. Para el PP todo lo que se salga de "su" unidad de España en los símbolos, competencias, lenguas, banderas, etc... es ir en contra de España. Tienen todo el derecho a contemplar España desde esa visión monocolor. Pero todo el mundo lo sabemos y la esencia de la democracia es que podamos convivir unos con otros. Lo que sí es desconcertante es la postura del PAR en este tema, que muestra en esencia su actitud ideológica.
El PAR es una partido anticatalanista y alimenta, al igual que el PP, el anticatalanismo como su propia esencia. Por eso renuncia a todo lo que suene a catalán. Pero un partido que se sigue llamando "regionalista" y que en sus estatutos se sigue llamando "nacionalista", no es ni ha sido capaz en sus veinticinco años en equipos de gobierno de Aragón de proteger las lenguas aragonesas que no fuera la jota (eso sí, cuanto más rancia mejor). Y varias veces ellos mismos han denominado como catalán a lo que hablan los maellanos, los mequinanzinos, los fragatinos, los valderrobrenses,... Hasta ahora.
¿Y por qué ahora?
Porque alimentar el anticatalanismo es alimentar la esencia del propio PAR. Para mí, lamentable.
Me parece bien que se protegan las variedades locales del catalán propio de Aragón, porque es una lengua propia de Aragón. Por esa misma regla de tres, abogo por proteger las modalidades locales del castellano. Lo uno es chapurreáu y lo otro baturrismo.
¡Vamos! Añadamos algo de seriedad a esto.
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