He de dar la razón al PP cuando dice que lo fundamental es que cambien la partitura, no los intérpretes. Y hace falta un cambio de partitura general en toda Europa, porque resulta además que todos los países aplican las mismas recetas: recortes sociales, y en algunos casos detestables atizamiento de la fiebre antiinmigratoria y deriva racista.
Y el propio sistema se encuentra en contradicciones: Si recortan los derechos sociales y el estado de bienestar, como consecuencia baja el consumo, con lo cual las empresas europeas han de confiar en la exportación. Pero claro, como a su vez los mercados emergentes están faltos de liquidez debido al escaso poder adquisitivo que tienen, las exportaciones no despuntan. Todo lo contrario, como esos mismos países necesitan desarrollarse, lo hacen buscando exportaciones hacia los países del TOP 10 que tienen un alto poder adquisitivo, por lo que el balance es tremendamente negativo hacia los países europeos. Y las empresas de estos países, además han encontrado el truquillo: irse a esos países donde los derechos laborales y las garantías sociales dan risa.
Hace unos años dieron con una tecla: la construcción. Esa es imposible de deslocalizar, porque los pisos no se mueven de un lado a otro. Pero claro, a su vez arrastra hipotecas y deuda privada (que en el caso de España es lo más preocupante), y además tiene un final, porque no puede haber tantas casas vacías. A no ser que se las vendamos a los chinos.
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