Estos días nos ha impresionado la historia de los 33 mineros chilenos encerrados en la mina y que han obtenido un feliz final, de forma muy afortunada y mediáticamente aplaudida.
Afortunadamente y, también hay que decirlo, debido a muchas casualidades, mucha voluntad y empeño.
Visitando el museo minero de Escucha, uno se da cuenta de las condiciones de trabajo de un minero a estas profundidades. Precisamente es ese el condicionante principal. Aconsejo visitar este museo, así como también el de Utrillas. El segundo tiene unos paneles explicativos y un sistema expositivo muchísimo mejor elaborado que el primero, pero éste a su vez tiene algo que no se puede simular, que es la puesta en situación de la vida de estos trabajadores dentro de un pozo.
Todo esto nos debe llevar a varias reflexiones:
- Los mineros de Chile y de todos los países del mundo han de mejorar sus condiciones laborales.
- El bienestar laboral de los mineros no es algo que haya regalado nadie. Han sido constantes y duras las luchas de los mineros por la mejora de sus condiciones.
- Ahora que los neocon, los ultraliberales y todos los "mercados", vestidos ellos de corbata, perfumados a 200 euros el bote, rolex en su mano derecha y coche último modelo aparcado en la puerta, éstos que vienen aconsejando la eliminación de garantías, el alargamiento de la edad laboral y la derrota del bienestar social; ahora que vienen éstos con sus recetas, es hora de acordarnos de los mineros. Precisamente ahora. Y cuando nos den esas recomendaciones tan buenas para la economía, pasarlos por la mina de Chile durante un par de mesecicos.
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