miércoles, 13 de agosto de 2008

TIENEN RAZÓN.

Tiene razón el presidente Iglesias cuando dice que los catalanes no pueden decidir unilateralmente la financiación de su comunidad afectando a todas las demás.
Supongo que lo sabrá de carretilla cuando en nuestro "antiguo" estatuto, no en el nuevo, había un artículo que decía explícitamente eso: que el gobierno de Aragón y el Estado Español establecerían la fórmula de financiación. En otras palabras, que además de Euskadi y Navarra, los aragoneses éramos los únicos que teníamos ese "privilegio" puesto por escrito en un ley orgánica (Una ley que se puede considerar de rango superior, para el que no entienda). Pero no. Los sucesivos gobiernos del Estado se permitieron el lujo de ignorar las leyes, y sucesivamente negarnos el derecho a una mejor financiación, todo ello con la aquiescencia de los partidos españoles de Aragón, que recibían órdenes de Madrid para no abrir el melón de la financiación, no fuera a ser que los demás tuvieran argumentos para solicitar lo mismo. ¿Se compensó a esta tierra por ser tan noble, tan fiel y tan española? Pues no. Lejos de eso la deuda del gobierno de España con Aragón ha ido creciendo año tras año, y por mucho que Biel diga, de recibirla, nada de nada.
Por eso Iglesias sabe que ahora hay que decir que no, porque a él se lo han dicho muchas veces.
Pero calla, que además resulta que los estatutos Catalán, Valenciano y Andaluz (que repito son Leyes Orgánicas) sí que contemplan fórmulas de financiación y de inversión. Cada uno según los intereses propios: población, PIB, "yo igual que el vecino",...
Pero nosotros, hicimos un nuevo estatuto, ejemplo de ejemplos para toda la humanidad porque se hizo con un "amplio" consenso, y zas,.... no preveímos nada de eso.
Pues nada, que digo yo, que cuando hace un año poco más o menos, después de tantas tensiones, se aprobaron en el parlamento español, con los votos de partidos también españoles, los citados estatutos: ¿Sabían lo que votaban? Pues si lo votaron, que se cumplan. Así que a catalanes, valencianos y andaluces, les doy la razón. Y si nosotros hubiéramos hecho un estatuto como debiera, seguramente el discurso de Marcelino ahora sería otro.

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