EL CENTRO

Resulta que las elecciones se juegan en lo que se denomina como espacio "de centro". Es decir, aquellos votantes que un día votan a unos y otro a otros en función de las circunstancias del momento.

Así pues, los votantes del centro son los más mimados de todos los que acuden a las urnas elección tras elección.

Pero en esta ocasión, sorprendentemente, lo que vende es ser más radical. En materia de inserción social, inmigración, familia, seguridad,... hay que ser más ultra. Así pues, se deja el espacio del centro que se cree conquistado.

Y en Aragón además tenemos un pseudocentro político denominado PAR (con la R de regionalista, aunque en sus estatutos figura su nacionalismo que tratan de desempolvar según la ocasión, pero no con mucho ruido porque sus militantes guardan bien adentro las esencias de la Patria Hispana). Como buen partido de centro, ora se alía con la derecha derecha, y ora con la menos derecha. ¿en función de qué? Pues del interés del momento.

¿Y esto es criticable? No. En política se ven cosas así, y si no vamos a mirarnos bien cerca. Pero nadie se puede arrogar el derecho a pactar en exclusiva. ¿qué ocurre? Pues que para pactar con uno u otro desde el centro hace falta otro requisito indispensable: ser el número 3.

Pero claro, si pasas del número 3 al número 2 ó 1, ocurre que será el número 3 el que querrá pactar con uno u otro.

Un ejemplo lo tenemos en Catalunya. Convergencia es catalanista y el PSC de izquierdas, y claro, el nº 3 en ese caso es ERC, que se amolda a las dos figuras.

En Aragón, en las comarcas donde el PAR ha pasado a ser el número 2 o número 1, se han hecho pactos que a los de Biel les hizo poner el grito en el cielo. Pero claro, es que la cosa es así.

¿Y a qué viene todo esto?
Pues lean atentamente el discurso de Biel que pongo abajo, y verán que no hay ningún desliz.